No tenía demasiado tiempo, pero me he llevado la bici detrás en el domingo dominguero de paella y sol. Así que he salido un poco a rodar, despacito, con buena letra y saboreando sendas y caminos que hacía tiempo que no pasaba y algún otro que no había pasado nunca.
La ruta sale de Llombai, subiendo por una senda que remonta la Lloma de Sant Antoni, que enlaza con un antiguo camino, que no se ha perdido porque sólo pueden crecer encima alacranes. Es un camino de piedra rota que este año se sube en la parte final en el recorrido de la Marcha de Llombai. Pero al no tener demasiado desnivel se puede subir bastante bien, aunque se agradece la doble.
Senda de la Lloma Sant Antoni
Una vez llegamos al camí Palsevir que viene de la Ponderosa, estamos arriba de Las Pedrizas, y ahí he cogido un camino que acaba en una trialera inédita. Se trata de un camino poco o nada transitado que sólo es frecuentado por los colmeneros, pues acaba en unas colmenas. Hoy estaban "chatas" las abejas, así que he pasado como una exalación para llegar a la trialera, muy empinada que lleva hasta el Pouet de Fontanelles, lugar de retozo comunal, donde me he tenido que encarar con una panda de rumanos / moros, o yo que sé de que país, que estaban tapando un camino con sus coches y no dejaban pasar. Son sus costumbres... pero han tenido que quitar el coche, con muy malas maneras.
De ahí ya terreno conocido. Pista hasta arriba de la Mallà, bajada por la senda del Teleféric, que es declarada la más rápida, bonita y divertida de toda la sierra. Luego rampón para remontar la sierra y bajada por Pilotes, donde ha habido conato de liebre. Es lo que tiene tener los cascos a toda leche, que no estás en lo que estás. Primero casi salida de pista, y segunda, salida de orejas.
Vista desde la loma
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